domingo, 6 de octubre de 2013

RESISTENCIA POPULAR ESPAÑOLA. Gobierno en la sombra. Fragmento del Capítulo 3, del Libro Primero, escrito por Alejandra y Angel Gimeno , que publicará La Resistencia en la primavera de 2014, con el título MEMORIAS DESDE EL INFIERNO ESPAÑOL. Se trata de unas Memorias divididas en 3 LIBROS DE 15 CAPÍTULOS CADA UNO, que pretende orientar a los españoles en el camino hacia un nuevo Régimen Democrático, tras su enésimo fracaso histórico. Fragmento del Capítulo 3: "EL POSFRANQUISMO SE QUITÓ LA CARETA Y SE CONVIRTIÓ EN NEOFRANQUISMO AUTORITARIO ". Rajoy, su vicepresidenta para todo, a pesar de su ignorancia e incapacidad para gestionar y coordinar al Gobierno, la cohorte de funcionarios de oposición tan paletos, mediocres e incompetentes como ellos han hecho retroceder España 20 años. Tras lo vivido con el payaso e inepto total que fomentó el independentismo catalán y vasco, que puso en marcha un proceso de ingeniería social calcado de la masonería del Gran Oriente Francés, parecía imposible que España cayera más bajo. "Un par de años antes de morir Franco se hicieron encuestas para determinar el grado de apoyo que tenía el Dictador. La media de las mismas daba conclusiones sorprendentes: Una tercera parte de la población lo apoyaría con entusiasmo; otra tercera parte lo odiaba a muerte; al resto le daba igual. Tras las elecciones de 1979 las encuestas daban lo mismo. Las de treinta y cuatro años más tarde en 2013, daban para la derecha del PP y UPyD, 36%; 34,6 % PSOE e IU, otros 18,2% y en blanco 11,2%, con una abstención del 48%. El único motivo para no presentarse Franco a las elecciones, debió ser por el riesgo a que los abstencionistas o indiferentes les diera por votar asociándose a la izquierda. Visto con la perspectiva del tiempo, recuerdo que en aquellas fechas yo vivía en Zaragoza con mis dos hijas y mi mujer que por aquel entonces acababa de terminar la carrera de Derecho. Había en toda España un interés por los intereses generales, ya que se consideraba que los intereses particulares irían mejor si resolvíamos los intereses colectivos. Si miramos el día de hoy, que muchos vemos como el año de la ruptura con todo lo vivido desde la muerte de Franco, España vive la situación económica más difícil de su larga Historia, y sin embargo mires dónde mires, Gobierno de funcionarios, bángsters, sindicatos, organizaciones empresariales, partidos políticos, Consejo General del Poder judicial, a parte de estar pésimamente representados, ninguno parece saber cual es el interés general y todos y cada uno de ellos están dispuestos a pelear hasta el final por sus intereses particulares. Al comienzo de la Transición todos compartíamos una visión de futuro ilusionada en la que lo razonable era conseguir dotarnos de un Régimen Democrático moderno homologable con el de las Democracias modernas occidentales, que más bien antes que después nos introduciría en la Comunidad Europea. El posfranquismo autoritario que comienza con Suárez, enlazó con el esquema regeneracionista y modernizador de comienzos del siglo XX y se concretó en un proyecto sociológico, político y económico que encajaba bien con un gran sector de las clases medias españolas. Este posfranquismo ya desde entonces intentaba ser un proyecto de la clase media que transformara España desde el poder con medios y objetivos burdos pero bastante eficaces. Sin darse cuenta al principio, los socialistas con bases sociológicas idénticas y algo menos los comunistas, entraron al trapo con comportamientos similares a los franquistas juniors, lo que derivó en un bipartidismo forzado por la ley electoral en el que derecha e izquierda defendían lo mismo: Sus intereses particulares por encima de todo. De aquellas similitudes surgieron las grandes modificaciones de la Constitución por la vía de los pactos entre los partidos mayoritarios que se cargaron la independencia del Poder Judicial. De 1993 a 1996 vivimos unos años terribles. Escándalos políticos en las principales instituciones del estado, como Guardia Civil y Banco de España, pusieron a prueba los principios del imperio de la Ley y de la responsabilidad política. Un paro del 24% amenazó la legitimidad de la economía de mercado, en el que la connivencia de empresas públicas, privadas ,y Gobiernos Central y autonómicos, iniciaron una carrera endiablada a ver quien conseguía ser más corrupto. El Estado de las Autonomías, del que Giscard d´Estaing había dicho que ni el estado más rico de la Tierra se podía permitir una organización territorial y política semejante, no se creó para descentralizar la administración y acercarla a los ciudadanos, sino para descentralizar la corrupción hasta hacer imposible su control político y judicial. De Franco sabíamos que solo era responsable ante Dios y ante la Historia. No ante sus compatriotas. Juan Carlos de Borbón sucesor a título de Rey, mantuvo su inmunidad judicial ante los tribunales, por lo que salvo abdicación, no podrá ser juzgado por delitos de corrupción o cualquier otro tipo delictivo. Un sistema democrático político exige que la ley se aplique por igual a un Rey , un Presidente de Gobierno o a cualquier ciudadano. Cuando este axioma no se cumple, que es lo que ocurrió con Felipe González, al no juzgarle y condenarle por crímenes de Estado, se acabó la democracia . De los tres poderes de Montesquieu se habían dejado por el camino uno de ellos, seguramente el más importante, el Poder Judicial. Si la Justicia no afectaba al Presidente de Gobierno, nos habíamos cargado la Democracia y el Autoritarismo estaba a disposición de cualquier Presidente de Gobierno de España, por imbécil que pudiera ser el ocupante del cargo. Un solo Poder encarnado por el secretario general o Presidente del partido más votado, y tres funciones con Felipe González, Aznar, primero , y posteriormente con dos políticos ignorantes, incompetentes, paletos y sin pajoletera idea de economía era demasiado para un país que nunca había conocido la democracia en su Historia. Se había acabado el éxito de la transición, desde el momento en que la Justicia no pudo condenar al Presidente de Gobierno Felipe González por los crímenes del GAL. España hace ya mucho tiempo que no reúne los requisitos que los Tratados Europeos, consideran indispensable para formar parte de Europa, es decir, un Poder Judicial Independiente, del que España carecía desde la primera mitad de los años ochenta. Para los españoles de la época como se recogía en una encuesta de 1995, los problemas que más les preocupaban eran, los escándalos políticos, la corrupción y el paro, y el interés por Europa había descendido del 50% al 10%. computando la diferencia entre respuestas a favor y en contra en 1991 y luego en 1995. Los jueces tuvieron serias dificultades para aplicar la Ley y llevar a prisión a políticos y responsables de crímenes y otros actos ilegales. Los altos cargos del régimen infringían la Ley y obstaculizaban la Justicia. El 25 de marzo de 1993, Felipe González se acercó a la Universidad Autónoma de Madrid esperando contar con un público amistoso. Su sorpresa fue impresionante, cuando la indignación de los estudiantes por los escándalos de sus altos cargos, Mariano Rubio, Roldán, Juan Guerra y Caso Filesa, llegó al extremo de culparlo a él, de todos ellos, bien por estar al corriente y ser cómplice de los mismos, o bien por no estarlo y dar pruebas clara de su incompetencia para gobernar. En ambos casos debía dimitir. El que se había considerado el Presidente de Gobierno que pasaría a la historia como el modernizador de España, recibió un jarro de agua fría al ver que lo responsabilizaban de la gran corrupción política y económica de españa. Corrupto o incompetente , y más tarde la X de los Gal. Lo que vino después, fue el ¡Váyase Sr. González! de Aznar, haciéndose el honrado, mientras su partido el Partido Popular tenía una contabilidad B, procedente del mundo empresarial. Era una bomba de explosión retardada que hubiera tumbado a la totalidad de los Gobiernos de Occidente, con solo una pequeña parte de lo depredado en España por todos los partidos políticos. Si González hubiera entrado en prisión, cosa que impidió Aznar, quizás se hubiera salvado la democracia en España. Hoy aún estamos a tiempo de procesar a la cúpula del Partido Popular y a la del PSOE y CiU por haber convertido a España en el país más corrupto de Europa y haber cedido la soberanía de España a la Unión Europea y el Banco Central Europeo, en una modificación de la Constitución que se puede considerar un acto de Alta traición a españa y los españoles, titulares de esa soberanía. .................................................. .

RESISTENCIA POPULAR ESPAÑOLA. Gobierno en la sombra.
Fragmento del Capítulo 3, del Libro Primero, escrito por Alejandra y Angel Gimeno , que publicará La Resistencia en la primavera de 2014, con el título MEMORIAS DESDE EL INFIERNO ESPAÑOL.
Se trata de unas Memorias divididas en 3 LIBROS DE 15 CAPÍTULOS CADA UNO, que pretende orientar a los españoles en el camino hacia un nuevo Régimen Democrático, tras su enésimo fracaso histórico. 

Fragmento del Capítulo 3:
"EL POSFRANQUISMO SE QUITÓ LA CARETA Y SE CONVIRTIÓ EN NEOFRANQUISMO AUTORITARIO ".

Rajoy, su vicepresidenta para todo, a pesar de su ignorancia e incapacidad para gestionar y coordinar al Gobierno, la cohorte de funcionarios de oposición tan paletos, mediocres e incompetentes como ellos han hecho retroceder España 20 años.
Tras lo vivido con el payaso e inepto total que fomentó el independentismo catalán y vasco, que puso en marcha un proceso de ingeniería social calcado de la masonería del Gran Oriente Francés, parecía imposible que España cayera más bajo.
"Un par de años antes de morir Franco se hicieron encuestas para determinar el grado de apoyo que tenía el Dictador. La media de las mismas daba conclusiones sorprendentes: Una tercera parte de la población lo apoyaría con entusiasmo; otra tercera parte lo odiaba a muerte; al resto le daba igual.
Tras las elecciones de 1979 las encuestas daban lo mismo. Las de treinta y cuatro años más tarde en 2013, daban para la derecha del PP y UPyD, 36%; 34,6 % PSOE e IU, otros 18,2% y en blanco 11,2%, con una abstención del 48%. 
El único motivo para no presentarse Franco a las elecciones, debió ser por el riesgo a que los abstencionistas o indiferentes les diera por votar asociándose a la izquierda.
Visto con la perspectiva del tiempo, recuerdo que en aquellas fechas yo vivía en Zaragoza con mis dos hijas y mi mujer que por aquel entonces acababa de terminar la carrera de Derecho. 
Había en toda España un interés por los intereses generales, ya que se consideraba que los intereses particulares irían mejor si resolvíamos los intereses colectivos. 
Si miramos el día de hoy, que muchos vemos como el año de la ruptura con todo lo vivido desde la muerte de Franco, España vive la situación económica más difícil de su larga Historia, y sin embargo mires dónde mires, Gobierno de funcionarios, bángsters, sindicatos, organizaciones empresariales, partidos políticos, Consejo General del Poder judicial, a parte de estar pésimamente representados, ninguno parece saber cual es el interés general y todos y cada uno de ellos están dispuestos a pelear hasta el final por sus intereses particulares. 
Al comienzo de la Transición todos compartíamos una visión de futuro ilusionada en la que lo razonable era conseguir dotarnos de un Régimen Democrático moderno homologable con el de las Democracias modernas occidentales, que más bien antes que después nos introduciría en la Comunidad Europea. 
El posfranquismo autoritario que comienza con Suárez, enlazó con el esquema regeneracionista y modernizador de comienzos del siglo XX y se concretó en un proyecto sociológico, político y económico que encajaba bien con un gran sector de las clases medias españolas.
Este posfranquismo ya desde entonces intentaba ser un proyecto de la clase media que transformara España desde el poder con medios y objetivos burdos pero bastante eficaces.
Sin darse cuenta al principio, los socialistas con bases sociológicas idénticas y algo menos los comunistas, entraron al trapo con comportamientos similares a los franquistas juniors, lo que derivó en un bipartidismo forzado por la ley electoral en el que derecha e izquierda defendían lo mismo: Sus intereses particulares por encima de todo. 
De aquellas similitudes surgieron las grandes modificaciones de la Constitución por la vía de los pactos entre los partidos mayoritarios que se cargaron la independencia del Poder Judicial. 
De 1993 a 1996 vivimos unos años terribles. Escándalos políticos en las principales instituciones del estado, como Guardia Civil y Banco de España, pusieron a prueba los principios del imperio de la Ley y de la responsabilidad política.
Un paro del 24% amenazó la legitimidad de la economía de mercado, en el que la connivencia de empresas públicas, privadas ,y Gobiernos Central y autonómicos, iniciaron una carrera endiablada a ver quien conseguía ser más corrupto.
El Estado de las Autonomías, del que Giscard d´Estaing había dicho 
que ni el estado más rico de la Tierra se podía permitir una organización territorial y política semejante, no se creó para descentralizar la administración y acercarla a los ciudadanos, sino para descentralizar la corrupción hasta hacer imposible su control político y judicial. 
De Franco sabíamos que solo era responsable ante Dios y ante la Historia. No ante sus compatriotas.
Juan Carlos de Borbón sucesor a título de Rey, mantuvo su inmunidad judicial ante los tribunales, por lo que salvo abdicación, no podrá ser juzgado por delitos de corrupción o cualquier otro tipo delictivo.
Un sistema democrático político exige que la ley se aplique por igual a un Rey , un Presidente de Gobierno o a cualquier ciudadano. 
Cuando este axioma no se cumple, que es lo que ocurrió con Felipe González, al no juzgarle y condenarle por crímenes de Estado, se acabó la democracia .
De los tres poderes de Montesquieu se habían dejado por el camino uno de ellos, seguramente el más importante, el Poder Judicial. 
Si la Justicia no afectaba al Presidente de Gobierno, nos habíamos cargado la Democracia y el Autoritarismo estaba a disposición de cualquier Presidente de Gobierno de España, por imbécil que pudiera ser el ocupante del cargo. 
Un solo Poder encarnado por el secretario general o Presidente del partido más votado, y tres funciones con Felipe González, Aznar, primero , y posteriormente con dos políticos ignorantes, incompetentes, paletos y sin pajoletera idea de economía era demasiado para un país que nunca había conocido la democracia en su Historia.
Se había acabado el éxito de la transición, desde el momento en que la Justicia no pudo condenar al Presidente de Gobierno Felipe González por los crímenes del GAL.
España hace ya mucho tiempo que no reúne los requisitos que los Tratados Europeos, consideran indispensable para formar parte de Europa, es decir, un Poder Judicial Independiente, del que España carecía desde la primera mitad de los años ochenta. 
Para los españoles de la época como se recogía en una encuesta de 1995, los problemas que más les preocupaban eran, los escándalos políticos, la corrupción y el paro, y el interés por Europa había descendido del 50% al 10%. computando la diferencia entre respuestas a favor y en contra en 1991 y luego en 1995. 
Los jueces tuvieron serias dificultades para aplicar la Ley y llevar a prisión a políticos y responsables de crímenes y otros actos ilegales. Los altos cargos del régimen infringían la Ley y obstaculizaban la Justicia.
El 25 de marzo de 1993, Felipe González se acercó a la Universidad Autónoma de Madrid esperando contar con un público amistoso. 
Su sorpresa fue impresionante, cuando la indignación de los estudiantes por los escándalos de sus altos cargos, Mariano Rubio, Roldán, Juan Guerra y Caso Filesa, llegó al extremo de culparlo a él, de todos ellos, bien por estar al corriente y ser cómplice de los mismos, o bien por no estarlo y dar pruebas clara de su incompetencia para gobernar. En ambos casos debía dimitir.
El que se había considerado el Presidente de Gobierno que pasaría a la historia como el modernizador de España, recibió un jarro de agua fría al ver que lo responsabilizaban de la gran corrupción política y económica de españa.
Corrupto o incompetente , y más tarde la X de los Gal.
Lo que vino después, fue el ¡Váyase Sr. González! de Aznar, haciéndose el honrado, mientras su partido el Partido Popular tenía una contabilidad B, procedente del mundo empresarial. 
Era una bomba de explosión retardada que hubiera tumbado a la totalidad de los Gobiernos de Occidente, con solo una pequeña parte de lo depredado en España por todos los partidos políticos.
Si González hubiera entrado en prisión, cosa que impidió Aznar, quizás se hubiera salvado la democracia en España.
RESISTENCIA POPULAR ESPAÑOLA. Gobierno en la sombra.
Fragmento del Capítulo 3, del Libro Primero, escrito por Alejandra y Angel Gimeno , que publicará La Resistencia en la primavera de 2014, con el título MEMORIAS DESDE EL INFIERNO ESPAÑOL.
Se trata de unas Memorias divididas en 3 LIBROS DE 15 CAPÍTULOS CADA UNO, que pretende orientar a los españoles en el camino hacia un nuevo Régimen Democrático, tras su enésimo fracaso histórico. 

Fragmento del Capítulo 3:
"EL POSFRANQUISMO SE QUITÓ LA CARETA Y SE CONVIRTIÓ EN NEOFRANQUISMO AUTORITARIO ".

Rajoy, su vicepresidenta para todo, a pesar de su ignorancia e incapacidad para gestionar y coordinar al Gobierno, la cohorte de funcionarios de oposición tan paletos, mediocres e incompetentes como ellos han hecho retroceder España 20 años.
Tras lo vivido con el payaso e inepto total que fomentó el independentismo catalán y vasco, que puso en marcha un proceso de ingeniería social calcado de la masonería del Gran Oriente Francés, parecía imposible que España cayera más bajo.
"Un par de años antes de morir Franco se hicieron encuestas para determinar el grado de apoyo que tenía el Dictador. La media de las mismas daba conclusiones sorprendentes: Una tercera parte de la población lo apoyaría con entusiasmo; otra tercera parte lo odiaba a muerte; al resto le daba igual.
Tras las elecciones de 1979 las encuestas daban lo mismo. Las de treinta y cuatro años más tarde en 2013, daban para la derecha del PP y UPyD, 36%; 34,6 % PSOE e IU, otros 18,2% y en blanco 11,2%, con una abstención del 48%. 
El único motivo para no presentarse Franco a las elecciones, debió ser por el riesgo a que los abstencionistas o indiferentes les diera por votar asociándose a la izquierda.
Visto con la perspectiva del tiempo, recuerdo que en aquellas fechas yo vivía en Zaragoza con mis dos hijas y mi mujer que por aquel entonces acababa de terminar la carrera de Derecho. 
Había en toda España un interés por los intereses generales, ya que se consideraba que los intereses particulares irían mejor si resolvíamos los intereses colectivos. 
Si miramos el día de hoy, que muchos vemos como el año de la ruptura con todo lo vivido desde la muerte de Franco, España vive la situación económica más difícil de su larga Historia, y sin embargo mires dónde mires, Gobierno de funcionarios, bángsters, sindicatos, organizaciones empresariales, partidos políticos, Consejo General del Poder judicial, a parte de estar pésimamente representados, ninguno parece saber cual es el interés general y todos y cada uno de ellos están dispuestos a pelear hasta el final por sus intereses particulares. 
Al comienzo de la Transición todos compartíamos una visión de futuro ilusionada en la que lo razonable era conseguir dotarnos de un Régimen Democrático moderno homologable con el de las Democracias modernas occidentales, que más bien antes que después nos introduciría en la Comunidad Europea. 
El posfranquismo autoritario que comienza con Suárez, enlazó con el esquema regeneracionista y modernizador de comienzos del siglo XX y se concretó en un proyecto sociológico, político y económico que encajaba bien con un gran sector de las clases medias españolas.
Este posfranquismo ya desde entonces intentaba ser un proyecto de la clase media que transformara España desde el poder con medios y objetivos burdos pero bastante eficaces.
Sin darse cuenta al principio, los socialistas con bases sociológicas idénticas y algo menos los comunistas, entraron al trapo con comportamientos similares a los franquistas juniors, lo que derivó en un bipartidismo forzado por la ley electoral en el que derecha e izquierda defendían lo mismo: Sus intereses particulares por encima de todo. 
De aquellas similitudes surgieron las grandes modificaciones de la Constitución por la vía de los pactos entre los partidos mayoritarios que se cargaron la independencia del Poder Judicial. 
De 1993 a 1996 vivimos unos años terribles. Escándalos políticos en las principales instituciones del estado, como Guardia Civil y Banco de España, pusieron a prueba los principios del imperio de la Ley y de la responsabilidad política.
Un paro del 24% amenazó la legitimidad de la economía de mercado, en el que la connivencia de empresas públicas, privadas ,y Gobiernos Central y autonómicos, iniciaron una carrera endiablada a ver quien conseguía ser más corrupto.
El Estado de las Autonomías, del que Giscard d´Estaing había dicho 
que ni el estado más rico de la Tierra se podía permitir una organización territorial y política semejante, no se creó para descentralizar la administración y acercarla a los ciudadanos, sino para descentralizar la corrupción hasta hacer imposible su control político y judicial. 
De Franco sabíamos que solo era responsable ante Dios y ante la Historia. No ante sus compatriotas.
Juan Carlos de Borbón sucesor a título de Rey, mantuvo su inmunidad judicial ante los tribunales, por lo que salvo abdicación, no podrá ser juzgado por delitos de corrupción o cualquier otro tipo delictivo.
Un sistema democrático político exige que la ley se aplique por igual a un Rey , un Presidente de Gobierno o a cualquier ciudadano. 
Cuando este axioma no se cumple, que es lo que ocurrió con Felipe González, al no juzgarle y condenarle por crímenes de Estado, se acabó la democracia .
De los tres poderes de Montesquieu se habían dejado por el camino uno de ellos, seguramente el más importante, el Poder Judicial. 
Si la Justicia no afectaba al Presidente de Gobierno, nos habíamos cargado la Democracia y el Autoritarismo estaba a disposición de cualquier Presidente de Gobierno de España, por imbécil que pudiera ser el ocupante del cargo. 
Un solo Poder encarnado por el secretario general o Presidente del partido más votado, y tres funciones con Felipe González, Aznar, primero , y posteriormente con dos políticos ignorantes, incompetentes, paletos y sin pajoletera idea de economía era demasiado para un país que nunca había conocido la democracia en su Historia.
Se había acabado el éxito de la transición, desde el momento en que la Justicia no pudo condenar al Presidente de Gobierno Felipe González por los crímenes del GAL.
España hace ya mucho tiempo que no reúne los requisitos que los Tratados Europeos, consideran indispensable para formar parte de Europa, es decir, un Poder Judicial Independiente, del que España carecía desde la primera mitad de los años ochenta. 
Para los españoles de la época como se recogía en una encuesta de 1995, los problemas que más les preocupaban eran, los escándalos políticos, la corrupción y el paro, y el interés por Europa había descendido del 50% al 10%. computando la diferencia entre respuestas a favor y en contra en 1991 y luego en 1995. 
Los jueces tuvieron serias dificultades para aplicar la Ley y llevar a prisión a políticos y responsables de crímenes y otros actos ilegales. Los altos cargos del régimen infringían la Ley y obstaculizaban la Justicia.
El 25 de marzo de 1993, Felipe González se acercó a la Universidad Autónoma de Madrid esperando contar con un público amistoso. 
Su sorpresa fue impresionante, cuando la indignación de los estudiantes por los escándalos de sus altos cargos, Mariano Rubio, Roldán, Juan Guerra y Caso Filesa, llegó al extremo de culparlo a él, de todos ellos, bien por estar al corriente y ser cómplice de los mismos, o bien por no estarlo y dar pruebas clara de su incompetencia para gobernar. En ambos casos debía dimitir.
El que se había considerado el Presidente de Gobierno que pasaría a la historia como el modernizador de España, recibió un jarro de agua fría al ver que lo responsabilizaban de la gran corrupción política y económica de españa.
Corrupto o incompetente , y más tarde la X de los Gal.
Lo que vino después, fue el ¡Váyase Sr. González! de Aznar, haciéndose el honrado, mientras su partido el Partido Popular tenía una contabilidad B, procedente del mundo empresarial. 
Era una bomba de explosión retardada que hubiera tumbado a la totalidad de los Gobiernos de Occidente, con solo una pequeña parte de lo depredado en España por todos los partidos políticos.
Si González hubiera entrado en prisión, cosa que impidió Aznar, quizás se hubiera salvado la democracia en España.
Hoy aún estamos a tiempo de procesar a la cúpula del Partido Popular y a la del PSOE y CiU por haber convertido a España en el país más corrupto de Europa y haber cedido la soberanía de España a la Unión Europea y el Banco Central Europeo, en una modificación de la Constitución que se puede considerar un acto de Alta traición a españa y los españoles, titulares de esa soberanía.
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